El Magic Circus inaugura su octava temporada en Benidorm con una función en la que la fantasía y el ilusionismo son protagonistas de principio a fin.
Cinco magos, malabaristas y especialistas en telas aéreas forman parte del espectáculo, en inglés y castellano y para todos los públicos.
Entrar por la puerta del Magic Circus es hacer todo un viaje al mundo de la magia. Desde el primer paso hasta el último. Desde la moqueta o las vitrinas con juegos y trofeos de la antesala a las palomitas y refrescos que sirven para hacer boca mientras se espera a que comience el show.
El circo permanente de Benidorm acaba de inaugurar su octava temporada con una apuesta nueva y totalmente decidida por dar todavía otra vuelta de tuerca a la experiencia de años anteriores. El objetivo es claro: sorprender y dejar al espectador, niños y adultos, con la boca abierta. Y lo consiguen de sobra en todos y cada uno de los números que se van sucediendo sobre la pista central.
Tres magos, dos cómicos o “antimagos” y otros artistas, como malabaristas, antipodistas y dos especialistas en telas aéreas, son los protagonistas de Chapeau -Chistera en español-, una función que saca adelante un equipo de casi una treintena de personas y a la que no le falta nada: desde la magia tradicional y de grandes ilusiones, a los números de magia blanca y humor más puro, que despiertan la carcajada de los más pequeños. Todo ello, sin olvidar la parte en la que se emplea la tecnología más novedosa en su campo, como el “laserman” o manipulación de rayos láser, con el que el director de la función, David Climent, nos transporta a un particular Matrix sin salir de Benidorm. Todo ello se completa con los malabares con manos y pies que ponen en escena distintos artistas, que además permiten al espectador interactuar y ser parte del show, y que despiertan el aplauso emocionado del público en cada ejercicio.
"Por primera vez en ocho años se ha dado un giro bastante radical al espectáculo, para ofrecer lo que cada vez demandaba más la gente: más circo y más magia, en detrimento del ballet", afirma el responsable de la función. Dentro de los valores de Magic Circus, Climent destaca por encima de todas la gran profesionalidad y calidad de todo el elenco y la ausencia de animales en este circo, que tiene entre sus grandes referentes al afamado Cirque du Soleil. “Nuestra filosofía es invertir en artistas del máximo nivel antes que en comprar animales y hacerlos trabajar. Es la forma más respetuosa de concebir el circo y por la que vamos a apostar siempre”, añade David Climent, quien también critica el uso de animales bajo otras carpas: “Por desgracia, esa es una de las principales razones por las que el circo en general está en peor forma que nunca. Por eso nosotros estamos tan en contra de los espectáculos que usan animales”.
La carpa del Magic Circus, ubicado junto a la mítica sala de fiestas Benidorm Palace, se abre cada sábado para albergar a las 840 personas que caben en sus butacas. Las funciones este año se prolongarán, como poco, hasta el mes de noviembre, todos los sábados, a partir de las 18:00 horas. Tienen una duración de dos horas con un descanso entre las dos partes del espectáculo, donde además los niños pueden probar en primera persona lo que se siente al pisar la pista central de un circo como éste.
La experiencia se hace de lo más entretenida. Y las dos horas de duración de la función se pasan volando, incluso a los más pequeños de la familia.
Todo el desarrollo del espectáculo de realiza de manera bilingüe, en castellano e inglés, debido al alto porcentaje de público extranjero que aprovecha sus vacaciones en Benidorm o poblaciones cercanas para pasar una tarde de lo más mágica.
Además de disfrutar de una tarde de fantasía y circo, Magic Circus también ofrece la posibilidad de celebrar distintos eventos bajo la carpa blanca y azul donde sucede la magia. Una de las posibilidades con mayor tirón es la celebración de cumpleaños infantiles, donde en primer lugar se ofrece una merienda completa a los niños y, a continuación, pasan a contemplar la función en un espacio preferente: a pie de pista.
Además, el niño o la niña anfitrión recibe un detalle por parte del elenco de magos y la felicitación de todos los asistentes a la función, además de poder participar en algunos trucos o números del espectáculo.
Toda una experiencia que, después de vivirla, será difícil olvidar.
